A los niños les encanta hacer experimentos y explorar desde que son pequeños todo lo que ocurre a su alrededor. Os vamos a explicar dos experimentos para niños fáciles y divertidos con los que disfrutarán y vivirán esta nueva experiencia. ¡Seguro que se divierten haciendo de científicos por un día!
Huevos que flotan
Seguro que te has dado cuenta de que tu cuerpo flota con más facilidad en el agua salada del mar que en el agua dulce de una piscina. Con este sencillo experimento los niños entenderán de forma sencilla las razones por las que tiene lugar este curioso fenómeno.
Para hacer el experimento se necesitan los siguientes elementos: 6 cuchadas de sal de mesa, 2 vasos medianos transparentes, 1 cuchara sopera, media litro de agua del grifo y 2 huevos crudos.
Lo primero que hay que hacer es llenar los dos vasos con el agua del grifo. Luego se añaden 6 cucharadas de sal solo en uno de los vasos y se mezcla bien con la cuchara sopera hasta que la sal se haya disuelto completamente en el agua. Por último se coloca el huevo en cada vaso y observa cuál de los huevos flota y cuál se hunde.
El niño observará que el huevo que se coloca en el agua salada flota y el que solo está en agua del grifo no lo hace. La razón es que el agua salada es más densa porque, además del hidrógeno y oxígeno, también contiene las moléculas de la sal.
- Flores que se tiñen de colores
A todos los niños les encantan las flores y seguro que les entretiene teñirlas de colores. Lo primero que se necesita para este experimento son 6 flores blancas naturales lo más frescas posible como pueden ser claveles o margaritas.
También se necesitan 6 pequeños vasos para colocar las flores, medio litro de agua del grifo, colorante alimenticio de seis colores, unas tijeras para manualidades de punta roma y una cuchara pequeña.
El primer paso es rellenar los seis vasitos con agua y añadir un poco de colorante de color diferente en casa uno de ellos. Hay que mezclar bien con la cucharita el colorante con el agua en cada uno de los vasos. El siguiente paso es cortar un trozo de tallo de las flores en un ángulo de 45 grados para que las flores absorban bien el agua. Es mejor si se hace en un ángulo de 45 grados.
Por último hay que colocar las seis flores en cada uno de los vasitos y déjalos en un lugar iluminado con luz naturales durante unos días. Los niños pueden hacer fotos en el primer momento y las siguientes 24, 48 y 72 horas para ir viendo los resultados y documentando el experimento.
El resultado será que el agua coloreada llegará hasta los pétalos de las flores a través de los tallos como si fuese una pajita y teñirá los pétalos. La explicación es que las plantas consiguen el agua y los nutrientes del suelo y en este experimento llegan a través del agua y tiñen las flores.